Antes de empezar.
Todos guardamos objetos a lo largo de nuestras vidas que cuentan historias. Estos objetos nos ayudan a materializar la memoria, a volverla tangible. Las historias que esconden y la memoria que contienen, a su vez, definen quiénes somos. En este ejercicio vas a esculcar los espacios que contienen esos objetos y a reflexionar sobre las historias que cuentan y las razones por las que los has guardado hasta ahora.
Es un ejercicio introspectivo y personal, en el que te vas a enfrentar a las emociones que implica el recuerdo. Por eso es importante que lo hagas con calma y como te sientas cómodo: cierra la puerta de tu cuarto, pon música o hazlo en silencio. Prende una vela, prepárate un té o pon el celular en modo avión si es necesario. Tú pones las condiciones y yo te daré las instrucciones. Puedes escribir las reflexiones que surjan del ejercicio, entonces asegúrate de tener a la mano con qué hacerlo. Estas reflexiones son para ti, pero te prometo que vale la pena guardarlas.
1. Esculcar.
Para empezar escoge el espacio que quieras esculcar:
puede ser desde toda tu casa hasta tu mesa de noche o
una caja. Lo importante es que contenga objetos que
has acumulado a lo largo del tiempo. Ahora empieza
a esculcar. Tómate el tiempo de identificar y reconocer
cada objeto que encuentres.
2. Reconocer.
En esta segunda parte vas a clasificar los objetos que encontraste en categorías específicas. Aquí nos vamos
a enfocar en la forma más “obvia” o inmediata de categorizarlos: fotos, cartas, postales, documentos.
Nombra cada categoría.
3. Conectar.
En esta parte vas a buscar conexiones menos evidentes entre los objetos que guardas y las historias que cuentan. Vuelve a ordenarlos en las categorías que consideres pertinente para mostrar estas conexiones. ¿Cómo pueden agruparse según las emociones que producen, las historias que cuentan o
lo que representan para ti? Ahora puedes escribir y dejar
en el papel las reflexiones que surgieron: ¿Qué categorías surgieron? ¿Cuál es la historia detrás de cada una?
¿Qué objetos la componen y qué relatos esconden?
4. Esculcar-se.
Es hora de volver a guardar los objetos que esculcaste. ¿Cómo vas a guardarlos de ahora en adelante?
¿Qué recuerdos vas a conservar y cuáles vas a
olvidar para recordar más fuerte?

INSTRUCCIONES para esculcar-se

METODOLOGÍA.
A grandes rasgos, cuando recordamos las áreas de nuestro cerebro se comunican entre ellas y trazan conexiones. Un recuerdo nunca sucede aislado, sino que trae consigo una serie de asociaciones. En esto consiste esculcar-se, la metodología que planteo que funciona casi como la memoria. Los objetos son los recuerdos: hacen parte de un entramado complejo, que a primera vista parece no tener orden o lógica alguna. Y la memoria es el todo: las conexiones que trazamos entre objetos y las categorías que surgen de ellas, que representan lo más importante de nuestra historia. Al esculcar-nos nos enfrentamos a las emociones que nos producen los recuerdos, pero esta es una práctica efímera porque al igual que nosotros, los recuerdos que asociamos a los objetos cambian con el tiempo y muchos de ellos se olvidan. Las emociones que nos producen en un momento determinado también. La construcción de este archivo busca preservar del olvido aquello que surge de esculcar-se.
ESCULCAR.
Este proyecto fue creado como Trabajo de Grado de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes.
Bogotá, Colombia. 2025.